El proceso de aglomeración tiene como objetivo preparar el material mineralizado para la lixiviación, garantizando un buen coeficiente de permeabilidad de la solución.
Un factor crítico que no ha sido lo suficientemente investigado y que en muchos casos ha inducido fallas e incluso el cierre de plantas en operación es la permeabilidad.
La permeabilidad es dependiente de las características físicas del material en cuanto a proporción de poros, la que depende a su vez, de la proporción entre lamas (granulometrías inferiores a 5 – 10 micrones) finos (granulometrías inferiores a 100-150 micrones) y gruesos, como también del método de formación de las pilas o depósitos.
Con proporciones del 10 – 20 % de estos materiales finos, pueden generarse problemas de permeabilidad. Si no se asegura la permeabilidad en los lechos de lixiviación, no hay percolación, ni contactos, disolución ni extracción de valores, debido a que los finos segregan y forman áreas ciegas que disminuyen la percolación. A su vez, ello favorece la compactación en la formación de las pilas, existiendo la posibilidad de que estas partículas se vayan al fondo de la pila, impidiendo el flujo uniforme de la solución enriquecida.
De esta forma, los efectos de una proporción inadecuada de finos pueden influir en un aumento innecesario del tiempo de lixiviación y con ello aumentar el consumo de reactivos, provocando una menor extracción de soluciones mineralizadas, lo que podría incidir, incluso, en la viabilidad del proyecto.
Generalmente la Aglomeración es aplicada al proceso de lixiviación, y esto se hace para evitar la "Segregación".
en simples palabras la segregación es cuando las partículas finas se separan de las gruesas quedando, las partículas finas abajo de las gruesas.